viernes, 7 de octubre de 2022

REFLEXIÓN SOBRE EL NEOPLATONISMO ANTIGUO Y MODERNO


SUMARIO / FELIPE IGNACIO DE LUCAS ARELLANO

 

EL NEOPLATONISMO ANTIGUO Y MODERNO: NUEVAS APROXIMACIONES.

Quiero agradecer la posibilidad de participar en un seminario tan grandioso e interesante, que trató de los temas filosóficos que más llaman mi atención actualmente. Sin tener una formación universitaria en filosofía, me siento atraído en lo particular por el platonismo y el neoplatonismo, pero mis lecturas y acercamientos han sido únicamente extraprogramáticos. Poseo dos licenciaturas, una en psicología (una carrera hija de la filosofía empírica) y otra en cinematografía, pero sentí una fuerte conexión con el idealismo teórico y práctico desde hace unos diez años. Este sumario no viene desde la pluma de un experto, pero haré los mejores intentos en resumir lo que entendí y complementé con mis conocimientos. Vale subrayar que solo no pude asistir a una ponencia y media, asistí a más del 90%.

     El Uno es Dios, es la inteligencia ordenadora del cosmos, principio emanador o causa primera de la que toda la creación nace, ya sea material y antimaterial (álmica o espiritual). El Uno ha sido identificado en diversas religiones y cosmogonías del globo como un dios único, que luego de permanecer en un descanso prolongado se hace “consciente de sí mismo” y emprende su magna obra. En neoplatonismo se distingue del gnosticismo en diversos postulados, por ejemplo, para los neoplatónicos no existiría un demiurgo perverso que creó el mundo de horrible materia imitando las formas sutiles absolutas que derivan de las regiones paradisíacas. Los gnósticos creen que estas regiones más perfectas estarían gobernadas por un dios aún más superior, pero tremendamente distante, que es llamado “Incognoscible”: la leyenda narra que el demiurgo es uno de sus hijos con calidad de eón cosmocrator, pero lamentablemente rebelde al querer imitar imperfectamente la obra de su “padre”.

     La gnosis tiene muchas ramas, pero la mayoría coincide en la presencia de un demiurgo malévolo que encerró los espíritus puros en esta cárcel de materia, por tanto, el despertar ascético del virya viene de la mano con el desprecio de la materia que compone su cuerpo y el mundo, por lo tanto, solo debe alimentar al espíritu. Según estas teorías el lucifer-christos fue enviado por el incognoscible para destruir el mundo de materia demiúrgica. Estas teorías descabelladas no se relacionan con el neoplatonismo, Plotino tuvo la oportunidad de criticar al gnosticismo en su conocido tratado. El neoplatonismo va más allá de esta fantasía guerrera porque permite una sana unión de la condición humana con el Alma del Mundo, asimismo con las otras individualidades y con la naturaleza divina sin el desprecio de las formas materiales. Pensadores neoplatónicos creyeron en la apoteosis o autodivinización, creencias que vienen desde los cultos mistéricos antiguos y más atrás, pero todo ello es un camino que requiere de una constante auto-transformación para asimilarnos con la energía pura de los Inteligibles, de los dioses o hénadas antropológicos, y más allá con la del Uno. Todo este fascinante y hermoso proceso es posible por medio de la contemplación de la belleza en todas sus formas, por la precisión del discurso hablado o escrito, lo mismo a través del sano perfeccionamiento del alma en bruto por el alma divinal, en la constante reestructuración cognitiva, en el trabajo de formación de logoi cada vez más elaborados, y no menos importante, por el Amor a la humanidad y al cosmos. Las ciencias y las artes (lo que incluye también la vibración musical) están a nuestra disposición para emprender esta ruta, siendo pilares que nos ayudan a sostener la empresa. Estas prácticas o ejercicios (y muchos más) pertenecen a las teorías de la ascensión psicológica a tales realidades especiales: a medida que avanza el practicante se va a acercando a la verdad del Todo que está en su propia alma, aunque el conocimiento pleno de esa verdad es imposible de ser alcanzado, puesto que solo le pertenece a la inteligencia ordenadora o arquitecta ya nombrada.

     Es importante considerar además que antes del Uno encontramos otra realidad mucho más absoluta que refiere al 0 preantinómico, es decir, el Caos. De ese desorden aparece la primera potestad o conciencia suprema que “despierta” y se transforma a sí misma en el Uno ordenador. Todas las demás cifras representan en la filosofía iniciática las diferentes estaciones numerológicas mediante las cuales se va materializando la realidad palpable. Por ejemplo, el número dos es el desdoblamiento del dios uno en un principio femenino mediante el cual puede engendrar el universo. Se tocó en varias ponencias del seminario que la cábala y el hermetismo contemporáneo han tomado una parte de estas ideas filosóficas, exponiéndolas de las maneras más exóticas, pero tal vez difusas, donde la pista para rastrear el neoplatonismo se pierde entre simbolismos numerosos. En el hermetismo se entiende que el Uno es entonces masculino y el número dos es femenino, asimismo el tres es el “hijo” que posee una connotación neutra: en otras palabras, la gran madre cósmica atesoró en su vientre la creación, este acto de “lingam-yoni” universal con el Uno culminó en la creación como tal. Para los cabalistas, en una exposición un tanto diferente, será el caos o el número 0 el Ain, Ain Sof y el Ain Soph Aur; entonces la creación comienza entonces con Kether, que desciende a Chokmah y luego a Binah, y así sucesivamente. En fin, la emanación que ha llegado a la estancia del número 9 materializa la culminación de la obra por el “tres veces tres”, pero luego se une nuevamente el Uno con el Cero, aquí los misterios de la década, cuya teoría se relaciona con la tetraktys pitagórica. La mitología ha hecho igualmente lo suyo para mostrar de una forma increíble en distintos puntos geográficos ideas similares. Aquí da lugar la frase de Plotino, “el primer mago y hechicero es el universo”.

     La emanación de la Unidad multiplicada en la creación ha permitido que en el fondo de nuestra alma se encuentre su presencia de manera potencial; el ser humano puede encontrar la divinidad a través del Nous, o sea, la parte más superior de esa misma alma individual. El Nous es el puente mediante el cual podemos encontrarnos con el entendimiento y el conocimiento de lo divino, a su vez, actúa como un espejo donde podemos reflejarnos con lo absoluto y viceversa, la misma divinidad se reconoce a través del Nous en el alma individual. Por ello, todo ser humano debería elevar su conciencia a esa región del alma, así podrá ascender en la escala para encontrarse con el Uno, o con el Cero, y mimetizarse con esas realidades. Aunque según Platón únicamente un compacto grupo de seres humanos tiene la capacidad de hacerlo; el mismo filósofo compuso una estructura de las polis bajo sus teorías. Otro ángel-demonio que rige nuestro destino es el conocido Daimon socrático, que fue luego tomado por Proclo, nuestra imaginación y pensamiento intelectivo debe dirigirse a dicha entidad.

     El camino de ascenso dialéctico es progresivo, lento y complejo, pero siguiendo a Proclo podría ser bastante entretenido ejecutar su esquema altamente optimista y erótico. Es necesario estudiar estas materias, interesarse en el proceso de elevación es hacerlo con el propósito inmanente de todo ser humano, es el camino para alcanzar bienestar, autorrealización, salud corporal y mental. Beneficios y privilegios aparecen para el alma individual que se acerca paulatinamente a las realidades superiores, no solamente gana un profundo bagaje de conocimientos, sino que también adquiere la posibilidad de transmitirlos, de concebirse en un maestro de su propio camino iniciático y filosófico. Pero esa terea requiere de un entrenamiento mucho más avanzado en diversas áreas de las ciencias y las artes, ya sea en la posibilidad de transmitir de forma hábil esa visión adquirida y expresarla mediante una obra manual, escultórica, escrita o retórica. Pero debemos reconocer que toda forma de expresión nunca podrá enunciar idénticamente la revelación de su artista, ni mucho menos la de su artífice, la limitación del lenguaje humano no lo permitirá jamás (atadura al tiempo y la sucesión), pero eso no significa que debemos quedarnos inmóviles, hay que atreverse a expresar nuestra experiencia en la ascensión, debemos hacer llegar al mundo nuestra propia interpretación de la verdad revelada, así podemos ayudar para que otros a través de la lectura de nuestras líneas o de la contemplación de nuestras obras puedan comenzar su viaje, dirigimos así —al menos inicialmente— su ruta a través de los obstáculos de la mente y del mundo. Además, es importante estudiar las obras de autores precedentes.

     Los teúrgos poseían estos conocimientos y podían utilizarlos a favor de sus clientes, pacientes, comunidades y ciudades. Un amplio recorrido profesional basado en estudios profundos les permitía, luego de haber ascendido su propia alma hacia lo superior, ocupar esos saberes y prácticas en beneficio de la misma creación. Comprendían las relaciones entre dioses, ángeles y demonios (para los teóricos cristianos de la teúrgia), reconocían las cadenas que nos llevan desde nuestra propia alma hasta las almas colectivas que marcan con su sello esas escalas, y desde esos arquetipos al Uno. Pero no olvidemos que es el Uno el que tiene control de las cadenas, el ser humano entrenado puede por medio de la simpatía de realidades generar efectos trascendentales, pero no puede el teúrgo modificarlas. También por Jámblico podemos conocer mucho de la teúrgia; sumamos el texto de Ficino “sobre el sacrificio y la magia” que basado en Proclo trata estas tecnologías, ciencias de la naturaleza con astrología y medicina psicosomática.

          Por su parte, el seminario me ha permitido comprender explicaciones reveladoras sobre sistemas amplísimos para comprender la estructura de la mente, lo mismo con el comportamiento de los seres. De hecho, el neoplatonismo ha sido muy útil en mi desempeño laboral en la consulta de terapia. Sin estar satisfecho con muchas de las formas de interpretar la mente desde la psicología tradicional, he encontrado en el neoplatonismo el verdadero manantial del alma. Esta ha sido la llave que me ha abierto una puerta maravillosa de saberes que eran insólitos para mí y que me han ayudado a encontrar mi propia verdad sobre la vida. Todo remite a tal filosofía perenne que Platón y Plotino rescataron, como quiso apuntar Henry S. Moore. Me gustaría poder opinar mucho más sobre materias del seminario, pero no es posible por espacio. Nuevamente agradezco la oportunidad.


F. De Lucas.

Valparaíso – Chile / 12 – 06 – 2022 / psicologofelipedelucas@gmail.com / www.felipedelucas.cl



Para: UNAM - Universidad Nacional Autónoma de México - Seminario de Historia de la Filosofía - Instituto de investigaciones filosóficas.



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